Alqueva

Imaginemos un lugar en el que nos sentimos cubiertos por un majestuoso cielo estrellado. La sensación resulta indescriptible y normalmente solo es posible de forma artificial, en un planetario, en el que nos sentamos confortablemente para asistir a una lección sobre las estrellas. En Portugal, tenemos la suerte de disfrutar de esa sensación al aire libre.

En mitad del Alentejo, el maravilloso cielo del Alqueva parece un terciopelo oscuro revestido por un inmenso manto de estrellas. Es un área protegida y certificada internacionalmente, registrada como una reserva Dark Sky o “Starlight Tourism Destination”, que abarca una superficie cercana a los 3.000 kilómetros cuadrados.

Con el reconocimiento de la excelencia de este lugar para la observación celeste, los municipios situados en el entorno al gran lago del Alqueva (Alandroal, Reguengos de Monsaraz, Portel, Mourão, Moura y Barrancos) se unieron en un esfuerzo para conservar esa característica especial y, por eso, durante la noche, bajan la intensidad del alumbrado público al mínimo para permitir un mejor disfrute de este fenómeno de la naturaleza.